martes, 25 de agosto de 2009

Esencia Volatil


CITAS AL RUEDO

En esta ocasión nuestro compañero Ricardo perteneciente al G8+1 nos da señales enfocando los conceptos más habituales en el ámbito sociocultural.


El Campo de la Cultura y su Complejidad.


Para abordar la comprensión del campo de la cultura y su complejidad debemos navegar en los niveles más sutiles y profundos en donde se opera la construcción social, y emerger a la superficie para entender las relaciones ínter subjetivas que posibilitan el campo de la cultura.

Para ello se hace necesario descomponer el campo – de la – cultura - y su – complejidad en sus constitutivos, analizar término por término para que en su proceso de re – construcción, podamos inteligir su concepto.

Pierre Bourdieu asume a “los campos” como microcosmos relativamente autónomos. Dice que “son todas las producciones culturales, la filosofía, la historia, la ciencia, el arte, la literatura, etc., son el objeto de análisis con pretensión científica”.

Dice el mismo autor: se trata de una idea extremadamente simple “campo: el universo en el que se incluyen los agentes y las instituciones que producen, reproducen o difunden el arte, la literatura o la ciencia”.

Ignacio Cardone en sus apuntes sobre “que es la cultura” dice que “Desde una conceptualización sociológica, la cultura representa el marco de referencias sociales ínter subjetivas, con los cuales un individuo socializado en esa cultura se desenvuelve”. El Continúa diciendo que “esto equivale a decir que la cultura es el mapa cognitivo, la red de representaciones que un individuo socializado en dicha cultura interpreta el mundo que lo rodea y con el cual interactúa, determinando dichas interacciones y posibilitando la comunicación con el medio en el que se desenvuelve”.

La cultura desde esta perspectiva, a mi juicio, integra los conocimientos de la realidad que me llegan mediante mis sentidos, con los conocimientos que le llegan a través de sus sentidos al otro, y a partir de un lenguaje común genera la comunicación social en su sentido más amplio.

Dice Cardone en sus mismos apuntes “La comunicación intersubjetiva solo es posible a través de la cultura. Sin ella no podríamos expresar con éxito la mayoría de nuestras emociones: afecto, ira, odio, frustraciones etc. Sin ella no podríamos comprender las ideas de los otros. Sin la cultura sería imposible encontrar espacios comunes de socialización. Sin la cultura sería imposible coordinar acciones entre actores diversos y con intereses particulares”.

Sobre la complejidad, el Instituto Internacional para el Pensamiento Complejo dice “Que entendemos por complejidad? Complejidad significa aquí, la emergencia de procesos, hechos u objetos multidimensionales, multirreferenciales, interactivos (retroactivos y recursivos) y con componentes de aleatoriedad, azar e indeterminación, que conforman en su aprehensión grados irreductibles de incertidumbre. Por lo tanto un fenómeno complejo exige de parte del sujeto una estrategia de pensamiento, a la vez reflexiva, no reductiva, polifónica y no totalitaria / totalizante. Un contexto inédito y enorme (fuera de normas conocidas) requiere un pensamiento creativo, radical y polifónico. Un pensamiento exorbitante (capaz de pensar fuera de la órbita de los lugares comunes)”.


Desde este punto de vista en que hemos abordado los términos campo, cultura y complejidad, vamos a abordar el tema de la construcción social que implica la complejidad del campo de la cultura.

El “campo” de Pierre Bourdieu “como microcosmos relativamente autónomos” que alberga a las producciones culturales, la filosofía, la historia, la ciencia, el arte, la literatura etc., está ligado de un modo inmanente a la naturaleza, en donde la producción de conocimientos, que luego llamaremos “cultura” genera la significatividad que nos determina: el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico y genera nuestra filosofía, nuestra historia, nuestra ciencia, nuestro arte, nuestra literatura.

Esta idea de “la producción de conocimientos” está basada en una teoría que reaviva Eliseo Verón en su obra “La Semiología Social, Fragmento de una teoría de la discursividad”. En ella avanza en su crítica a la historia continuista, exhibe el principio del saber concerniente a la naturaleza (continua o discontinua) del tiempo propio de la producción de conocimientos y al principio de unidad de este último. “Las razones son muy simples” dice. “Ante todo porque es posible afirmar la naturaleza discontinua del proceso histórico de producción de conocimientos”, para seguir diciendo “Corresponde a los partidarios de la `ruptura´, hacia fines de los años sesenta, el mérito de haber recolocado el problema del surgimiento de las prácticas científicas sobre el terreno que le corresponde: el de una teoría de la producción de conocimientos, el de la diferencia (y las articulaciones) entre la cientificidad y lo ideológico”.

Para abonar esta teoría convocaremos a Alfred Schutz a que nos hable de “El forastero” – Ensayo de psicología social – para otorgar nitidez a la construcción sociocultural, a la que procura interpretar el “forastero” con el esquema cultural de su grupo social.

Resulta esclarecedor el intento de una persona con un esquema cultural distinto, tratando de ser definitivamente aceptada, o al menos tolerada, por el grupo al que se aproxima, ya que con ese intento se ponen al descubierto todas las barreras posible para dificultar el intercambio intercultural.

En el ensayo de Schutz se expone, que a este sujeto “el mundo se le aparece en todo momento como estratificado en diferentes capas de significatividad cada una de las cuales exige un grado diferente de conocimiento. Para ejemplificar estos estratos de significatividad podemos hablar -recurriendo a un término tomado de la cartografía- de "isohipsas" o "perfiles hipsográficos de significatividad", vale decir que se le presenta como un mapa que une puntos de igual significatividad, o lo que a mi juicio es lo mismo que enuncia Cardone al decir “el mapa cognitivo”, vale decir, también como dice Cardone “el marco de referencias sociales ínter subjetivas”.

Este “mapa cognitivo” distingue como expresa William James, entre dos tipos de conocimiento -"conocimiento por trato directo" y "conocimiento acerca de"- al respecto el ensayo de Schutz expresa “podemos decir que, dentro del campo cubierto por los perfiles de significatividad, hay centros de conocimiento explícito de aquello a lo que se tiende; rodea a estos un halo de conocimiento acerca de lo que parece ser suficiente; luego viene una región en la cual bastará simplemente con "confiar"; en las regiones adyacentes residen las esperanzas y supuestos no justificados; entre esas zonas, sin embargo, se extienden otras de completa ignorancia.
Este - conocimiento acerca de - hace que para el forastero, la pauta cultural de su grupo de origen siga siendo el resultado de una evolución histórica ininterrumpida y un elemento de su biografía personal, que por esta misma razón ha sido y todavía es el esquema incuestionado de referencia para su "concepción relativamente natural del mundo". En consecuencia, es obvio que el forastero comience a interpretar su nuevo ambiente social en términos de su pensar habitual. Sin embargo, encuentra dentro del esquema de referencia que trae de su grupo de origen una idea ya elaborada de la pauta supuestamente válida dentro del grupo al que se incorpora, idea que, inevitablemente, no tardará en resultar inadecuada.” Ya tenemos pruebas acumuladas de esto último.

“el mapa cognitivo”, o “el marco de referencias sociales ínter subjetivas” que a esta altura del trabajo ya podemos llamar “identidad” cuando se lanza a una relación con el otro, vale decir una relación intersubjetiva, lo hace a través de una conducta. Para que esa relación no resulte inadecuada, nuestra conducta debe comprender una idea superadora, como la concibe Dolores Juliano en su contribución con el libro “Globalización e identidad cultural” al sustentar una concepción interculturalista “una elaboración que parta de la idea que las distintas culturas, todas tienen elementos que aportar, que nos podemos enriquecer mutuamente en términos de conocer y tratar a los distintos miembros y que una sociedad es tanto mas rica, mas viva, mas pujante en cuanto sea capaz de abrigar en su seno mayor número de propuestas alternativas que se enriquezcan mutuamente”. Una conducta basada en lo que nos conviene, desde el punto de vista de la deontología.

Deontología, definición: “DEI (déi), conviene. Este es el argumento supremo que ha de orientar cualquier conducta. Y es bueno que así sea, porque de esta forma cada uno es el intérprete de las normas de conducta. Es el fundamento de la deontología tal como hoy la entendemos. Un poco al estilo del imperativo categórico de Kant: si crees que tu conducta puede ser elevada a norma general de comportamiento, considera que estás haciendo lo que conviene. Pero no lo que te conviene a ti porque lo haces tú, sino lo que seguirá conviniéndote cuando lo hagan los demás. Lo que equivale a decir que lo que conviene, es aquello que es obligado hacer. No por casualidad el mismo verbo dew (déo) conjugado de manera distinta, significa “atar”, es decir que entra en el terreno de la obligación, pero no impuesta desde fuera, sino asumida por uno mismo”. Al respecto, la profesora de Diseño y Gestión de Proyectos Socioculturales II advierte que “al hacer lo que conviene a uno y los demás” puede llevar consigo el principio que justifique la conducta de los narcotraficantes.

En tal sentido digo que este concepto de deontología hay que atarlo al concepto ético del otro que tiene Lévinás, como una forma de democratizar lo que conviene y de esta forma elevarlo a categoría de conducta. Lévinas observó que “la base de la violencia era el interés, ya que resulta imposible el poder afirmarnos todos, por ello advirtió que este inter-és debíamos convertirlo en des-inter-és, es decir, debíamos de ponernos en el lugar del otro sin esperar nada a cambio. Debíamos, por consiguiente, surgir del ego cartesiano y ver más allá de nosotros mismos; aceptar que somos, tal y como señalaba Aristóteles en su Política, animales cívicos; aceptar que a mi lado se encuentra el Otro, gracias al cual soy yo quien soy”. En definitiva imponerle un sentido ético a lo que conviene, que es lo que le conviene al otro.

Con esto, Lévinas subrayaba la idea de alteridad, rechazando de este modo lo anunciado por la ontología. Ésta se caracterizaba por reducir a lo Mismo todo lo que se oponía a ella como Otro, ya que priorizaba al ser y no a la diferencia. Se trata entonces de alejarse del “Cogito cartesiano” y crear una filosofía de la diferencia, y que lo importante no sea el ser, lo concreto, sino la diferencia.

Diagnóstico:

Hemos llegado hasta aquí y de esta manera, para poder exhibir un viejo antagonismo de matrices que marca sustancialmente la deferencia en el abordaje del “otro”, y cómo en función de ello construimos un modelo u otro. La idea de “la producción de conocimientos” basada en una teoría que reaviva Eliseo Verón y que le da un carácter eminentemente social, se ve enriquecida por Pierre Bourdieu cuando critica la tradición “notablemente representada en Francia” que “describe el proceso de perpetuación de la ciencia como una especie de partenogénesis, por el que aquella se engendraría a sí misma al margen de toda intervención del mundo social”. Interpreto que cuando Pierre Bourdieu dice ciencia, habla de “los campos” y del objeto de análisis con pretensión científica”. En otras palabras … dice Bourdieu “es preciso salir de la alternativa de la “ciencia pura”, totalmente liberada de cualquier necesidad social, y la “ciencia servil” sometida a todas las exigencias político – económicas”.

Al revisar de un modo crítico nuestras matrices, podemos gestar un nuevo modelo basado en una concepción interculturalista como la concibe Dolores Juliano, y que de un modo casi imperceptible se aumente el poder de refracción de las ideas de fuerza y dominación (el pensamiento único) que nos han sumido en la inequidad.

Debemos apelas, como dice Mario C. Casalla en “los dilemas del Laberinto …” a una mente abierta y serena, unida a un decidido espíritu indagador y a un firme compromiso con la verdad, a una mente inquieta y realmente abierta a los signos de estos tiempo.








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