lunes, 24 de agosto de 2009

Popular, populismo... ¿Será lo mismo?


-¿Y a quién se le ocurrió semejante tema? Es un disparate.
- A vos, Francisco- dijeron los G8+1
-¿Yo? Imposible- acerté a decir, en una especie de manoteo de ahogado –Estaría diciendo macanas…
- No. Vos señalaste los otros días la contradicción entre lo popular y lo populista.
- ¿Yo? De ninguna manera. Seguro que se trató de alguno de mis desvaríos.
- Sí, vos… Es por esta razón que le propusimos a Roberto y ahora a vos, que abran el Preludio bajo la consigna “Popular Vs. Populista”.
- Bueno –atiné a decir, mientras pensaba “esto me pasa por irresponsable”- no es asunto sencillo…


Palabra más, palabra menos, este diálogo ocurrió hace aproximadamente un par de meses atrás en el CENT 11, en clase, segundo año de la Tecnicatura Superior en Gestión Socio Cultural, espacio que me acogió generosamente. El G8+1 son los estudiantes de este curso, gente con ganas y empuje. Allá van con las Jornadas Introductorias (Preludio, hermosa definición) a las Terceras Jornadas Nacionales de Literatura e Historia Cultural, que organiza el IPES.

No le quepa duda a nadie que lea esto que, al día siguiente –y muy temprano- le envié a mi amigo (y maestro), Roberto Santana, un mail que rezaba: “Roberto, estamos en el horno”. Podría haber dicho “Houston, tenemos un problema”, pero no hubiera sonado tan popular ¿o sí?

Lo cierto es que no le esquivaremos al bulto, todo lo contrario, allí estaremos en la calle sugerida por May Silva, esa en donde todo nace y pasa. Y si en la calle estamos, lo mejor será un debate que, espero, nos posibilite crecer un poquito. La cultura popular es de espacios abiertos, generosos, compartidos. Es propia del pueblo y a él le pertenece. Es diversa, inagotable.

Ayer recibí un mail de Ricardo (que vendría a ser el “+1”), contando de una gráfica que el grupo ha elaborado que, dicho sea de paso, me gustó. Luego me crucé casualmente en la San Martín con Camila. Con ambos intercambiamos un par de comentarios y a ambos les pregunté si podíamos participar en el blog (este que estás leyendo) con algún aporte inconducente. Generosamente han abierto su espacio y aquí estamos, haciendo algunos aportes inconducentes, calentando el ambiente, empezando por este breve cuento que les cuento.

Propongo, muy humildemente, que nos permitamos disfrutar un poco. ¿Por qué no hacerlo?

Francisco J. Arqueros